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El significado de la palabra mandala es, en sánscrito: círculo, rueda, totalidad.
Culturas ancestrales de todo el mundo, han utilizado desde hace siglos el mandala como centro de comunicación con uno mismo y la divinidad. Desde los hindúes y tibetanos, hasta los indígenas americanos y la iglesia, mediante íconos arquitectónicos (vitraux).
Hoy, existen mandalas dinámicos muy vistosos en internet que recomiendo que los disfruten.
Los más conocidos, se realizan por una o varias personas en el piso, con colores y diseños únicos en grandes circunsferencias para caminarlos y ser parte de ellos.
Pueden realizarse con pinturas, tiza, arena o aserrín coloreado. Hay simetrías en cada uno de ellos, y los colores expresan un estado de ánimo.
No suele existir la improvisación: cada cosa va en su lugar.
Desde el punto espiritual, es un centro energético que permite equilibrar la mente y nuestras emociones con el entorno que nos rodea.
Los beneficios de crear mandalas o elegir uno de nuestra preferencia y utilizarlo, permiten:
1- Hacer foco y mejorar nuestra concentración contactándonos con nuestra esencia.
2- Activar nuestra capacidad de meditación y relajación.
3- Desarrollar nuestra capacidad de relacionarnos con el mundo exterior.
4- Expandir nuestra conciencia.
5- Incrementar la paciencia.
6- Despertar sentidos adormecidos de creatividad, y desactivar otros como los de ansiedad.
7- Empezar a escuchar la propia voz del ser intuitivo.
8- Ayudar a la salud física y psíquica.
Carl Jung, destacado psicólogo e investigador del comportamiento humano, utilizó esta herramienta como terapia con el objeto de alcanzar la individualidad del ser.
Desarrolló una teoría sobre los sueños y los mandalas que representan la totalidad de la mente. Aseguró que en ellos, aflora el inconsciente colectivo.
Tuve la oportunidad de ver la creación de un mandala tibetano y realmente es conmovedor (ver fotos en el margen derecho de la pantalla). El grado de contemplación, concentración, y amor al colocar cada grano de arena en el lugar correcto del diseño -todo un arte- es la antesala para luego al finalizarlo, barrerlo con sumo esmero de no perder ningún átomo de esa creación y en un pote preparado para ese fin se lo despide liberando su contenido en las aguas de un río o mar.
Ese arte, es todo un mensaje de vida sobre lo real y lo efímero, sobre el valor de las cosas y la evolución de la especie.
Hay muchos sitios que explican la forma de diseñar un mandala y es la visualización del mismo sobre su centro, sobre el todo y cada uno de sus detalles, lo que nos dará beneficios.
Estos diseños me recuerdan de algún modo -conexión poco felíz- a los test psicológicos laborales donde mediante una evaluación de manchas de colores (Rorschach) describen como estudio proyectivo el perfil personal, intelectual y emocional del "yo" del evaluado.
En todos estos casos, el trabajo inconsciente es intenso y la excitación frente a colores y formas, describe nuestra posición sobre nuestras competencias para el puesto.
Para ver videos de mandalas tibetanos de arena y los dinámicos con música para inspirarse, meditar y desarrollar la creatividad estimulando nuestro cerebro, visiten este link de youtube
Los mandalas son un ejercicio enriquecedor para quien lo tiene y utiliza, independientemente que lo haya realizado o no.
El que elegí, tiene música y buena definición. Sugiero hacer un ejercicio de visualización si se desconectan unos minutos de lo cotidiano.
Muy relajados, dándole valor al momento y mandala elegido por ustedes, con respiración profunda, ambiente calmo, concentrándose en el centro de la figura y percibiendo nuevas dimensiones, sincronicidad, mimetismo mientras nos dejamos fluir.
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