Lectura: 1 minuto
Dos monjes zen iban cruzando un río. Se encontraron con una mujer muy joven y hermosa que también quería cruzar, pero tenía miedo.
Así que un monje la subió sobre sus hombros y la llevó hasta la otra orilla.
El otro monje estaba furioso. No dijo nada pero hervía por dentro. Eso estaba prohibido. Un monje budista no debía tocar una mujer y este monje no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre los hombros.
Recorrieron varias leguas. Cuando llegaron al monasterio, mientras entraban, el monje que estaba enojado se volvió hacia el otro y le dijo:
-Tendré que decírselo al maestro. Tendré que informar acerca de esto. Está prohibido.
-¿De que estás hablando? ¿Qué está prohibido? -le dijo el otro.
-¿Te has olvidado?. Llevaste a esta hermosa mujer sobre tus hombros -dijo el que estaba enojado.
El otro monje se rió y luego dijo:
-Sí, yo la llevé. Pero la dejé en el río, muchas leguas atrás.
Así que un monje la subió sobre sus hombros y la llevó hasta la otra orilla.
El otro monje estaba furioso. No dijo nada pero hervía por dentro. Eso estaba prohibido. Un monje budista no debía tocar una mujer y este monje no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre los hombros.
Recorrieron varias leguas. Cuando llegaron al monasterio, mientras entraban, el monje que estaba enojado se volvió hacia el otro y le dijo:
-Tendré que decírselo al maestro. Tendré que informar acerca de esto. Está prohibido.
-¿De que estás hablando? ¿Qué está prohibido? -le dijo el otro.
-¿Te has olvidado?. Llevaste a esta hermosa mujer sobre tus hombros -dijo el que estaba enojado.
El otro monje se rió y luego dijo:
-Sí, yo la llevé. Pero la dejé en el río, muchas leguas atrás.
Tú todavía la estás cargando...
.
ja ja ja!! es que si es la de la foto...es normal que siga pensando...
ResponderEliminarMuy bueno amigo.
Marcos..
Hola Tendencia!
ResponderEliminarExcelente parábola de lo que los cognitivistas llamamos “rumeo”, es decir, quedarnos con una idea dando vueltas en la cabeza, a veces horas, días y hasta semanas, tal como hace la res en el campo con el pasto.
¿Para qué nos sirve esa actitud?
Che, me impresiona que Marcela se molestó por mi comentario de la mañana sobre la fábula de las ranas.
No quise extenderme, pero justamente me quise referir a lo que ella mencionó después.
Las palabras externas son necesarias para sentirnos bien, pero “las internas” (como ella señaló) son imprescindibles!.
Un abrazo!.
Rik
PD: Bueno... como insinuó Marcos, si fue la Jolie y yo fuese el monje que la llevo..., no me baño por un mes!
Marcos: era bastante pesada la angelical jovencita. Pero mi actitud de servicio me permitió cargarla sin inconvenientes. Un abrazo Master!
ResponderEliminarMarcos: era bastante pesada la angelical jovencita. Pero mi actitud de servicio me permitió cargarla sin inconvenientes. Un abrazo Master!
ResponderEliminarRicardo: Marcela me confirma que está todo bien, debe haber una confusión o te referís a un comentario mío?.
ResponderEliminarLo importante, en el traslado que al haber trasladado a Angelina, me pasó su teléfono. Te lo paso por correo privado.
Un abrazo
Jajajaja TV!
ResponderEliminarComo sucede en la comunicación con la llamada “secuencia de puntuación” de los hechos, a veces nos hace “meter la pata” (a mí esta vez!).
Me alegra que este todo bien!.
Che… el fono cuando puedeas!!!!
Gracias!
Un abrazo!
Rik
Muy buena parábola.
ResponderEliminarA todos nos pasa en la vida.
Un beso
Luna: y si...cargamos cada mochila.
ResponderEliminarSolo nosotros podemos desactivar los mecanismos del peso. Besos