11 de diciembre de 2008

Hoy puede ser un gran día



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Esta mañana desperté emocionado, distinto por todas las cosas que tengo que hacer antes de que el reloj marque la medianoche.

Tengo responsabilidades que cumplir hoy. Soy importante. Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener.

Hoy puedo...




Quejarme porque el día esta lluvioso, o dar gracias a Dios porque mis plantas y las del resto están siendo regadas gratis con la mejor agua.

Sentirme triste porque no tengo más dinero, o estar contento de que mis finanzas me empujan a desarrollar creativamente alguna nueva actividad y planear mis compras con inteligencia en un contexto de crisis que impacta en todos.

Quejarme de mi salud, o regocijarme de que estoy vivo.

Lamentarme de todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo, o sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido y hacer todo lo que hice.

Llorar porque las rosas tienen espinas,o celebrar que las espinas tienen rosas.

Autocompadecerme por no tener muchos amigos, o emocionarme y embarcarme en la aventura de descubrir nuevas relaciones.

Quejarme porque tengo que ir a trabajar, o gritar de alegría porque tengo un trabajo.

Quejarme porque tengo que ir a la escuela, o abrir mi mente enérgicamente y enriquecerla con nuevos conocimientos que en algún momento me permitirán abordar la sabiduría.

Murmurar amargamente porque tengo que hacer las labores del hogar, o sentirme honrado porque tengo un techo para mi familia.


Hoy el día se presenta ante mí, esperando a que yo le dé forma.

Aquí estoy, seré el escultor que le dará decididamente forma.


Lo que suceda hoy, depende de mí. Yo escogeré qué tipo de día voy a tener.
Anónimo



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