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Muchas veces pensamos que los recursos necesarios para prolongar nuestra vida y mejorarla, no están a nuestro alcance. Es un concepto erróneo, porque de hecho sí los tenemos a mano en distintas formas, sólo que a veces no sabemos dónde buscarlos para luego, incorporarlos en nuestra vida diaria. No importa la edad que tenga cada uno, porque lo verdaderamente importante es que se puede comenzar ya para sentirnos y vernos mejor, porque la belleza y el bienestar empiezan por dentro, para luego manifestarse en nuestro exterior.
Envejecer, involucra diferentes mecanismos o procesos que ocurren en el organismo y que, en conjunto, producen efectos como disminución de la fuerza y la resistencia física, menor resistencia a las enfermedades, arrugas y pérdida de elasticidad de los tejidos y la piel que se manifiestan con el paso del tiempo. Podemos hacer que estos procesos sean más lentos, o retrasarlos parcialmente.
Se necesita revisar y modificar algunos aspectos del estilo de vida. Por ejemplo, aumentar la actividad física si es sedentario e incorporar algunos cambios en la alimentación. Lo importante es comprender que no hay un solo camino para prolongar la juventud y la vida, adoptar una actitud positiva que facilite llevar los conocimientos a la práctica.
La responsabilidad de cuidarse.-
Sólo usted puede comprometerse a realizar acciones simples como evitar el cigarrillo y el alcohol en exceso. La decisión es personal, ya que sólo usted sabe cuáles son sus recursos, intereses y capacidad para hacer. Necesitará tomar decisiones como moverse más, moderar el consumo de grasas, incluir lácteos descremados para obtener la cantidad de calcio suficiente para los huesos e incorporar alimentos que provean nutrientes para mejorar el sistema inmunológico. El sistema de defensas del organismo lo protege de los enemigos externos e internos: bacterias, virus, ateroesclerosis e inclusive el cáncer. Si no los tuviéramos deberíamos vivir en una burbuja de plástico porque la más ligera exposición al medio ambiente produciría una infección mortal.
La alimentación.-
Si la alimentación es nutricionalmente inadecuada, con el transcurso del tiempo nuestro sistema de defensa pierde parte de su capacidad para protegernos. Incorporar los nutrientes correctos nos ayudará a mejorar esa capacidad de defensa, cualquiera sea nuestra edad. Por ejemplo, las vitaminas A, C y E estimulan el sistema inmune y bloquean el desarrollo de células cancerígenas ante la presencia de algunas sustancias químicas nocivas. Lo que hay que determinar, con el consejo médico y nutricional, es cómo incorporarlas y si se utilizan suplementos determinar las cantidades adecuadas.
La vida en movimiento.-
Uno de los factores que ayudan a mantener la juventud está cerca y es el gimnasio más próximo a su casa. O, simplemente, las cuadras de su barrio, que permiten hacer una caminata diaria de 20 ó 30 minutos. Todos los estudios confirman que el ejercicio físico es un modo de disminuir los efectos del paso del tiempo. Es suficiente un programa de ejercicio moderado y continuado para vivir mejor, más fuerte y más tiempo joven.
A medida que pasan los años, se producen cambios físicos que, como dijimos, afectan la fuerza y la apariencia.
En la mayoría de los casos las personas a los 45, muestran una declinación de la masa muscular y un aumento de la grasa corporal, característica tipica de la vida sedentaria.
También hay una disminución de la densidad de los huesos, que se vuelven más frágiles. La capacidad respiratoria disminuye, lo que significa que en más de una ocasión le falta el aliento ante cualquier esfuerzo físico. También se produce una pérdida de flexibilidad. Muchos de estos cambios se pueden combatir con la actividad física. Los expertos afirman que un cincuentón hoy puede estar en mucho mejor estado físico que un joven de treinta. El ejercicio físico también ayuda a prevenir muchas de las enfermedades que afectan la calidad de vida.
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